domingo, 30 de noviembre de 2008

EL USO ESTRATEGICO DE LAS COMPETENCIAS

Las palabras no son neutras, ni siquiera cuando se pretenden únicamente técnicas, operatorios y descriptivas. Sustituir la palabra "conocimiento" por la "competencia" no carece de importancia. Desde luego, no se trata de la palabra "competencia" en sí misma, tomada al margen de las relaciones que mantienen con sus habituales vecinas, o con aquellas a las que reemplaza, y al margen del contexto de la acción social. Y si se entendiera con ella objetivos tan amplios como "aprender a ser" "aprender a hacer" o "aprender a convivir", además del objetivo de "aprender a conocer", todavía sería posible leer estas expresiones según las más tradicionales perspectivas humanistas. Incluso se prodría sostener que el "ingreso por las competencias" permite remitirse al ámbito jurídico en el que el término implica una relación muy definida entre los poderes y los estatutos. Sin embargo, el actual éxito del término sólo se relaciona muy lejanamente con una reactivación de los ideales de Erasmo o de Rabelais y tiene muy poco que ver con una consolidación de los derechos de los asalariados. El empleo estratégico que se hace de ella tanto en la empresa como en la escuela es inseparable de la nueva "gestión de los recursos humanos" en la que la escuela desempeña el papel primitivo. Incluso este uso está más bien destinado a impugnar las tareas tradicionales de la escuela, la transmisión de los conocimientos y la formación intelectual y cultural en el sentido más amplio del término.

(La Escuela NO ES una empresa.- Christian Laval.- Edit. Paidos, 2004.- Pág.93)